Comenzaron como un festejo de 15 y terminaron cantando los 40. Así puede resumirse lo que se percibió ayer en la Casa de Gobierno. Un DJ; una batucada; los invitados y el banquete de una fiesta. Los cánticos de la alegría electoral, la marcha peronista y los fuegos artificiales al filo de la medianoche. La tendencia de las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) significaron para José Alperovich una aprobación a su gestión que pronto cumplirá 12 años. El gobernador estuvo más sonriente que en otras oportunidades. Según dijo a LA GACETA, no le desvela el poder. “Seré un soldado de Juan Manzur, desde mi puesto en el Senado”, agregó el mandatario, anticipando para las elecciones del domingo 23 una victoria de la fórmula oficialista Manzur-Osvaldo Jaldo y, particularmente, en la Capital, con Pablo Yedlin -pese a que desde el mismo Frente para la Victoria reconocen que aún hay tres o cuatro puntos de diferencias respecto del candidato a intendente por la oposición Germán Alfaro-. Los candidatos de ayer y los del 23 repitieron la misma frase en la sede del Ejecutivo: “hasta la victoria”.
Hubo cánticos contra la fórmula de la Acuerdo para el Bicentenario José Cano-Domingo Amaya. Incluso, los operadores del Frente para la Victoria comentaban que el radical se equivocó al no enfrentar a Alperovich en las PASO. “Pudo haber peleado contra el tiburón (por el gobernador); decir que se animó a confrontar contra el aparato peronista; y luego competir contra su delfín (Manzur)”, analizaron.
Por primera vez en varios meses, Alperovich mostró una sonrisa no fingida. Más aún cuando sus analistas le acercaban cifras de entre un 51% y un 54% de apoyo a su candidatura a senador nacional. “Espiritualmente, este apoyo de la gente es muy fuerte y se lo quiero agradecer. Al lado mío hubo un equipo que trabajó para este resultado y para los que se vienen”, manifestó el jefe del Ejecutivo.
El propio Hugo Haime, el encuestador histórico de Alperovich, dijo en las primeras horas de hoy a nuestro diario que en las elecciones provinciales “va a pesar lo nacional, con el tamdem que construyeron Alperovich-Daniel Scioli (el candidato a presidente de la Nación por el Frente para la Victoria)”. “La provincia tiene en claro lo importante que es estar alineada con la Nación”, evaluó respecto del resultado de ayer. Esta semana, Haime acercará al oficialismo una de los últimos sondeos previos a los comicios del 23.
“Hombre de consulta”
Mientras seguía el escrutinio, Alperovich no dejó de pitar su cigarrillo electrónico. “Le ganamos a Cano”, exclamó con fuerza; pero, en voz baja, también cree que venció a su antecesor en el cargo, Julio Miranda, y sus ex colaboradores. El actual gobernador no cree que, de ganar a la fórmula que bendijo para la sucesión, cumpla en soledad la transición hasta el final de su mandato, el 29 de octubre que viene. Como lo hizo desde el Salón Blanco, señaló que él y su familia la pasaron mal, en lo personal, “con campañas orquestadas desde la oposición”. “Voy a seguir con la gestión, porque la política es gestionar”, manifestó. Hoy mismo saldrá a recorrer obras, como lo viene haciendo desde el principio de su administración, en 2003.
Alperovich sabe que el poder no se comparte. Y, en ese contexto, dejó en claro que no tendrá influencia en la administración de Manzur si éste se impone en las elecciones de dentro de dos semanas. “El gobernador, con todas las letras, será Juan Manzur; yo acompañaré desde el Congreso”, indicó.
Se definió como un futuro “hombre de consulta”. Hoy, prefiere no hacer comparaciones respecto de otros gobernantes de la provincia, como antes lo hizo con Celestino Gelsi. “Eso lo dirá la historia; los tucumanos se darán cuenta, con el tiempo, lo que hicimos nosotros por la provincia. Y lanzó otra frase: “siento que dejé la vida en esto”. Y otra más: “transpiré la camiseta y me hubiera gustado meter cuatro o cinco goles más”. De todos modos, potenció lo que le deja a la próxima administración: “una provincia desendeudada y con baja afectación de su coparticipación”. Alperovich dijo que el Gobierno no está peleado ni con el campo ni con la industria, sino agradecido, más allá de que no esté bajo su órbita algunas cuestiones que reclama el agro. “El crecimiento de Tucumán vino del sector productivo; nunca estuvimos disociados”, remarcó.
Alperovich repitió otra vez que muy pocas veces un gobernante deja el poder con más de un 50% de aprobación de gestión a través del voto. Y adelantó que en una semana llegará Scioli a Tucumán, para apuntalar el último tramo de la campaña oficial que ayer, según la evaluación oficial, “se impuso por una diferencia de casi 40 puntos (con cifras de la medianoche) con una fiesta con DJ”.